TODOS LOS ABUELOS DEL MUNDO.

MIS ABUELOS, LOS ABUELOS, CUANDO YO SEA ABUELA...

Todos tenemos en nuestro armario de los recuerdos, sensaciones de tristeza y sensaciones de alegría, pesar, dolor, incluso sensación de malestar con uno mismo, o de vergüenza, o de pena, o de culpa ajena...

Mi abuela murió del corazón en un viaje apresurado hacia el hospital de Reus, de Reus a Porrera, pero nunca llegó al hospital...me siento muy culpable, quizás demasiado, 30 años más tarde, de no haber querido entrar en su habitación, cuando ya estaba de cuerpo presente, para darle un beso, demasiado niña todavía, demasiado dolor, demasiado misterio todavía. Solo recuerdo que pasé delante de la habitación, con la puerta entornada, y vi sus piés reposando en la cama, enfundados en medias negras y zapatos oscuros...nunca olvidaré esa imagen, esa imagen es la imagen del adiós de mi abuela, la imagen del misterio, la imagen de la despedida.
También recuerdo con tristeza y culpabilidad mi último año de relación con ella, una año de distanciamiento, mi pre adolescencia que me apartó de mis abuelos, a los que me sentía muy unida.
Recuerdo a mi abuelo, el padre de mi padre, a quien adoraba, muriendo en un triste y agobiante asilo en la parte alta de Barcelona, lugar triste y maloliente, mi madre, su nuera quería tenerlo en casa, en su pisito de 70 metros cuadrados y cinco niños, pero mi tia, quíen se había hecho cargo d emi abuelo a cambio de una herencia, no quiso. Hoy ya perdoné a mi tia, por supuesto, siempre se acaba perdonando, su castigo irá más allá de los hechos, pues hace ya unos años, cuando en una discusión con mis primos, a los que quiero mucho, por cierto uno de ellos vendimia muy bien, salió el tema de los abuelos, las molestias que causan y los asilos, sus hijos, los hijos de mi tia, no dudaron en afirmar que lo primero que harían cuando sus padres no se valieran por si mismos, sería encerrarlos en un asilo...y es que la vida esa así de dura, siempre nos da lo que repartimos.

Mi madre quería cuidar a mi abuelo, su suegro,de manera desinteresada, en su casa, con toda su tropa de niños...y no la dejaron, un diez para mi madre y un 0 para los demás,la vida nos da lo que pagamos por ella, nunca un precio fué más justo, la rcp de la vida siempre es de cajón, a veces parecerá injusta, pero a veces es de una justicia que clama al cielo.

Mi amiga andaluza antes de cuidar de mis niños, de mi casa, cuidó de sus abuelos, tres nada menos, sus dos suegros y una tia de su marido, hasta que murieron los tres en sus brazos, uno detrás de otro...un diez para mi amiga.

Mi abuelo, Burgalés, pasó sus últimos años de casa en casa, sus hijos se comprometieron cada uno a tenerlo un tiempo, y así vivió entre sus hijos y su casa, a donde iban tb a cuidarlo las hijas, entonces yo no compendría que mi madre una vez o dos al año, durante medio mes, nos casi abandonara en pos de su padre,incluso dejara el trabajo, con lo estrechitos que íbamos...y yo sin poderme comprar tanta ropa como mis amigas, pero ahora, a mis 40 años, la alabo, felicidades mamá!!!chapeau!!!hacías lo más justo,lo más ingrato, lo más difícil, hacías tus deberes a la perfección.

Yo si puedo a mi padres los tendré a mi ladito hasta que se mueran, no quiero dejarlos en la distancia, noq uiero que se mueran tristes en un asilo lejos de sus vidas habituales.

En todo caso, algunos asilos en el pueblo de origen al ladito de las casas, aún dan cierta calidez y permiten a los hijos y nietos estar con los abuelos unas horas al día, pero los abuelos no son perros, no son gusanos, no son armarios, no pueden abandonarse a la muerte porque la muerte nos disgusta.
Todos seremos abuelos- o no- y todos moriremos. La muerte y la vejez no solo está en las películas, obviarlo es de imbéciles e inhumanos.