LOS HOMBRES Y EL EXITO DE LAS MUJERES

Algunos hombres asimilan mal, muy mal, el éxito de las mujeres. Bueno, cabría decir ya, que unos cuantos hombres. (Quizás este artículo solo va dirigido a una minoria, pero existe, esa minoria existe - yo me rio y mucho cada día con alguno de ellos,-aunque no se dan cuenta están demasiado ocupados pensando que son superiores a mi).
Sobre todo, cuando algunas mujeres triumfan, y con cierta o relativa facilidad, en aquellos campos que un hombres hubiera deseado triumfar - o le ha costado mucho más triumfar.
La mujer, para aparecer triumfadora delante de la sociedad y en especial delante de los hombres, ha de aparecer siempre circunspecta, seria, casi enfermiza, es entonces, y solo entonces, cuando los hombres, compensando la balanza de su propio ego, aceptan el triumfo. Si la mujer aparece divertida, feliz, alegre, se sienten perdedores, porque a ellos les cuesta mucho más superar el stress del éxito, y a algunos, la envidia los corroe. Entonces se convierten en verdaderos y taimados, divertidísimos, incluso, enemigos, una mezcla de verduleras y conspirantes de tres al cuarto, es decir, ridiculizan, persiguen sutilmente, amenazan, o se violentan. Algunos de manera divertida, casi hasta esperpéntica, otros dan miedo, y en el fondo, como dice una buena amiga psicóloga: Algunos hombres son como niños que necesitan aún pensar que las mujeres somos solo tetas de donde chupar, en fin, una especie de necesidad de madre infinita. Algunos hombres aún no han superado la fase de lactancia.
Con perdón.(Para los civilizados, que hay también muchos).