SENTIMIENTO DE PERDIDA, SENTIMIENTO DE GANANCIA, LA AMBICION.

La ambición humana, el sentimiento de ganancia, de atesorar, de coleccionar, de amasar...busquemos mil sinónimos, no es sino un escudo protector frente al sentimiento de pérdida.
El dolor humano, el dolor emocional, y el sentimiento de pérdida, son complementarios. Normalmente, aunque parezca una interferencia, lós seres más ambiciosos suelen ser los más débiles frente a ese sentimiento de pérdida, es decir, normalmente, cuando alguien es muy sensible o teme mucho sus reacciones frente al sentimiento de pérdida, construye un entorno de ambición y de apariencia de ganancia, para aminorar el desastre emocional.

Por eso es necesario educar con firmeza a los niños en los sentimientos de pérdida, desde los más inocentes hasta los más importantes.
Es muy malo, a nivel educacional, darle a un niño todo lo que quiero, en el momento que lo quiere, es muy malo tambíén negarle todo, puesto que entonces se habitua en el sentimiento de perdida y se convierte en un fracasado, es muy malo no quererlos enfrentar con la muerte o con la marcha de las cosas. Los niños han de convivir con la muerte, pero la real, no la de ficción, desde pequeños.
Por decirlo claro, en ese sentimiento tan natural de los padres de sobreproteger a los niños, estamos creando monstruos peligrosos.

Pensemos que el sentimiento de ganancia, no tendría sentido si no existiera el sentimiento de pérdida. El sentimiento de ganancia es el contrapeso en la balanza al sentimiento de pérdida, y sirve para compensar, eso hay que tenerlo muy claro. Si gana el sentimiento de pérdida, nos fustramos, o nos deprimimos, si gana el sentimiento de ganancia nos volvemos despóticos e inhumanos. Hay que enseñar desde pequeños a compensar los sentimientos, y sobretodo, hay que enfrentar a los niños con la realidad desde pequeños, sin tabús, pero por supuesto, también hay que protegerlos. Difícil balanza.