MEMORIAS DE UNA MUJER BODEGUERA-1-

Quizás algunos pensarán que ésto de ser bodeguera y mujer es muy sencillo, pues no.

Yo nací aún en un año, 1965, en que llegar a ser algo y llegar a ser mujer, todo lo menos que parecía es sencillo. A mi me enseñaron que la familia era lo primero, y me lo enseñaron en mi propia familia, por eso aún se me hacía más complicado llegar a anteponer mi propio profesional a las obligaciones familiares.
A la gente de 25 o 30 años, algunas cosas os pueden sorprender, pero están ahí, ocurrían no ha mucho...
sin ir más lejos, yo trabajo en una importante Caja de ahorros, la famosa Caja de Pensiones, aún, aunque quizás no por mucho tiempo, porque mi vida está demasiada saturada de responsabilidades, y aunque lo llevo bien, también es cierto que me gustaría poder encauzar el cien por cien de mis esfuerzos hacia el mundo del vino.
Aunque había trabajado como empleada temporal desde muy jovencita en esta empresa, (ya con 17 años creo que me cogieron en un mini contrato), a los 21, estando embarazada de mi hija Miriam, en el año 1989, aprobé un exámen que me daba derecho a acceder a la contratación como empleada fija en esa entidad de ahorro.
Pues bien, una vez aprobado el exámen, y estando trabajando ya en la entidad con contratos de tipo parcial de seis meses, tuve que pasar por una serie de entrevistas, para acabar de consolidar la posición de empleada fija. Me aconsejaron que me pusiera una buena faja, una faja era un instrumento de tortura femenino de la época, que escondía la barriguita, porque si se enteraban que estaba embarazada, no me iban a dar la plaza de fija. Esto que ahora iría contra cualquier ley de igualdad en el trabajo, en ese momento, y tampoco hace tanto, solo 18 años, era lo que se estilaba, sobretodo en estas grande empresas de carácter "social", es decir, social propagandístico, porque otra cosa era la contratación interna.
Pasé las entrevistas, escondiendo barriguita y mi estado de buena esperanza, haciéndome la tonta cuando me preguntaban por una futura maternidad. Y cuando ya había aprobado todos los exámenes, llegó el famoso chequeo médico, que te daba el apto definitivo para entrar en la entidad a título fijo, pues bien, en el chequeo me pillaron por supuesto, allá quedó reflejado que llevaba una barriguita de seis meses casi, y claro...me llamaron de personal.
En personal, siendo ya el año 1989, en la liberada Caja de Pensiones, me dijeron que como un favor muy especial, iban a permitirme entrar en la entidad fija, pero me echaban a la calle momentaneamente, pero me prometieron recontratarme al transcurrir cuatro meses justos desde el día del parto. Mis compañeros que habían aprobado las oposiciones entraron alrededor de los meses de marzo y abril, yo tuve que que esperar cuatro meses tras mi maternidad, o sea, me admitieron en setiembre. Si no , la empresa tendría que haber aceptado mi baja por maternidad y eso, en el año 1989, aunque fuera la famosa Caixa de Pensions, era impensable. O sea, que perdí todos mis derechos, y mi primera baja por maternidad, pero nos ería la única.
Yo he tenido tres hijos, y ni una sola baja por maternidad entera en esa empresa, por eso os digo que ser madre y trabajadora, era difícil.
A menudo la gente cree que las mujeres ya estamos en un plano de igualdad, sobretodo a ciertos niveles y en grandes empresas, pero eso no es cierto, os podría y de hecho os iré desgranando muchos casos que conozco, anécdotas, pequeños desatinos. A menudo, las grandes empresas juegan a ser "feministas", pero solo como base propagandística.
Por ejemplo, en la mayoría de empresas financieras, y en especial en la caja donde trabajo, las mujeres que se contratan jóvenes son favorecidas, se buscan chicas guapas y con un perfil claro de servilismo, la mayoría de los cargos femeninos acaban divorciadas, o separadas, o renuncian a la vida familiar, en una tasa mucho más elevada que el segmento masculino.

Ser mujer y bodeguera tampoco es tan fácil, pero ser mujer nunca fué fácil. En todo caso, vale la pena que si alguna mujer me lee, relate también sus experiencias personales, ya va siendo hora de que la gente habe de las cosas sin miedo y se desaten las cajas de pandora. No es justo que las grandes empresas presuman de su carácter integrador, cuando en realidad, a nivel interno no pueden demostrar que eso sea así, o que lo haya sido en un presente próximo.
Por eso yo os animo a aportar experiencias, quizás en eso estamos todas.