LO OCULTO, LO OSCURO, LO QUE GOBIERNA NUESTRA FELICIDAD

Hoy vamos a por una entrada esotérica:


La felicidad no está la ambición, ni en la cosecución, ni en escalar escaleras, ni en bajarlas, ni en contarlas. La felicidad está en el hecho de sentir el culo apoyado en alguna parte,y en olvidarnos del culo, de las escaleras y del tiempo que llevamos con el culo apoyado en ellas. Hacer del tiempo nuestra meta, no para hacerlo productivo a la manera capitalista, sino para saborearlo, vestirlo de eternidad. OLVIDAR Y SER OLVIDADO, no sentir más allá de lo que percibimos en un instante, ni memoria, ni problema, ni recuerdo...hacer de cada instante lo sublime de una percepción. Vivir como una ameba. Sintiendo que el amor es parte del universo, y que nada puede dolernos, sino aceptamos ese dolor, que nada puede dañarnos, sino dejamos que nuestra energía se violente, que nada puede quitar el sol del cielo, sino dios dominando las nubes y los sucesos. Somos por percepción, como habrá millones de "seres" existencias, que no percibimos, porque nuestros pequeños, escasos, limitados sentidos, no son el culo del universo. ¿Cuántos millones de sentidos posibles y probables habrá en cuántas millones de existencias ajenas a la nuestra, que sentirán, percibirán, millones de cosas distintas a las que conforman nuestro "mundo perceptible", y en que basamos, necedad, nuestra realidad y nuestra verdad, incluso nuestra ciencia física y química?. Solos no estamos, por eso los que basan su inteligencia en aquellas cosas medibles por los sentidos de la vista, el tacto, el oído etc, piensan que estamos solos. Estamos muy y muy y muy acompañados, por eso, nos angustiamos, porque percibimos que NO PODEMOS PERCIBIR, y ese hecho nos produce unos miedos ancestrales horribles, ya presentes en los mismos niños. La felicidad está en buscar lo oculto, aunque sepamos que no tenemos medios para encontrarlo. Lo oculto no es nuestro enemigo, lo oculto no se esconde, al revés, lo oculto nos da la mano muchas veces, pero somos nosotros, quienes como el niño ciego, no podemos ver las rayas en el papel.