EL GRAN PROBLEMA DE LA SOCIEDAD ACTUAL

El gran problema de la sociedad y por ende de la economía es la desilusión. Los propios políticos , jueces y poderes fácticos han creado un clima propicio a que la gente de la calle no sienta ganas de luchar. Ya nadie espera nada bueno de nadie. Ya nadie cree que haya honestidad o bondad o manos limpias en ningún sitio. La gente tiene la sensación de que no vale la pena luchar por nada, porque siempre ganarán los de siempre, y siempre se saldrán con la suya los de siempre. Ni en la democracia auténtica cree nadie, ni en el juego político, ni en el capitalismo. La gente está en una especie de transición personal, con aquella especie de letanía interna de que la lucha no sirve para casi nada.

Bien, en este punto, en este letargo en el que creo que intencionadamente nos han hecho caer, se encuentran los propios poderes con una doble cara: tan corderos sin lengua para balar siquiera han convertido desde arriba a los de abajo, que los corderos no solo ya no balan, sino que no hay ganas de trabajar, de salir adelante, de arriesgarse, de invertir, de escalar... y claro, lo que no tenían en cuenta los de arriba es que si la base se muere, arriba hay una purga. Menos pero más ricos, si si, pero MENOS.

En fin!!!va a ser muy difícil recuperar esta confianza en nada, porque ya no hay ni la excusa de la religión, como en otras civilizaciones, ni del honor de los pueblos, ni de conseguir una cosa mejor para los hijos...puesto que los hijos son los primeros que no creen en lo que están viendo. Pero corderos en fin.

Y no se levantan las torres rápidamente si los peones no creen en su capataz y éste en que va a cobrar a final de la obra...porque si el capataz sabe que al final de la obra otros no cobraron, porque el dinero se empleó en comprar visones a las queridas del dueño del terreno, y nadie fué a la cárcel, pues para qué demonios va a poner empeño el capataz si duda de que la cosa avance, y de que el final sea feliz, y duda de la justicia humana, y si duda el capataz , cuánto no más van a dudar los propios peones que se saben aún más débiles que los capataces. Quizás preferirán comer la sopa boba, pues están empachados de periódos anteriores y desilusionados, más vale sopa bova y hacer como que se levanta la torre, aunque la diferencia entre los ladrillos del ayer y del hoy, solo pueda medirse con una lupa.

DESILUSION. Y con desilusión, no se avanza.