CLOS DOMINIC HA APADRINADO DOS NIÑOS DE LA INDIA

Hace años, bueno de hecho hace decenios, de niña quería ser misionera, y de hecho no descarto la posibilidad cuando ya mis hijos sean muy mayores, o cuando realmente considere que ya he hecho en esta parte de mi vida todo aquello que quería hacer.

También he pensado en la posibilidad de crear una fundación, a nivel de bodegas, lo planteé y de hecho lo comenté con algunos amigos abogados, pero me pareció de momento muy complicado para mis escasas capacidades logísticas y estructurales. Demasiadas cosas aún a mis espaldas, mis tres niños, mi bodega, mis cuatro abuelos y mi bisabuela, porque en esta casa aun disfrutamos de una bisabuela y todo!!!!, demasiadas cosas...

Parece que Intervida como ONG ha tenido serios problemas el año pasado, y que actualmente está intervenida por la generalitat. Particularmente no tengo NADA que ver con esta ONG ni con ninguno de sus representantes. Pero me apetecía apadrinar niños, bueno, no importa que niños sean, la cuestión es que parte de nuestros beneficios, aunque sea de momento una ínfima parte, sirva para eso, para "beneficiar" a gente que lo necesita más que nosotros, MUCHISIMO MAS.

Siempre digo y me canso de repetirlo que SOMOS UNOS MIMADOS DE DIOS, Dios nos ha abierto casi todas sus puertas, solo nos ha cerrado la de la inmortalidad. Con abrir los ojos y ver el cielo azulado, o la lluvia menuda, o el trueno, o los pájaros, o la tierra roja, o los árboles de un verde intenso...ooooo, nos damos cuenta de cuánto nos ha dado ese SER. Solo nos ha quitado la inmortalidad. Sin embargo, hay otros mundos y otros niños que viven inmersos en cielos más opacos, sueños más oscuros, horrores más intensos.

Bueno, pues esta semana hemos empezado a ayudar a SIMON y DIVYYA, quizás la verdadera ayuda sería estar a su lado en su miseria, consolarles en su dolor, y quitarle sla lágrima de los ojos con un beso de madre adoptiva, o de ta postiza adoptiva, pero el viaje es largo, y todos tenemos maletas con mucho peso sobre nuestras espaldas. En todo caso, desde la nimiedad del hecho de este doble apadrinamiento, espero que de algo sirva, espero que aunque sea solo una anécdota en sus vidas, alguien les diga a estos niños que desde Porrera nos acordamos de ellos.