AMO A DIOS MAS QUE A MI MISMA, HE SENTIDO SU PRESENCIA A DIARIO TODA LA VIDA, PERO NO CREO EN EL PAPA

Soy una gran católica, siento a Dios y su presencia en mi vida a diario desde pequeña.
De hecho he rezado a lo largo de mi vida miles de rosarios.
Rezo mientras cocino, cuando me voy a dormir, cuando pelo patatas, cuando escribo en el ordenador, cuando me siento alegre y cuando me siento triste, doy gracias y pido.
HE ESTADO CON DIOS CIENTOS DE VECES, si si, con él, he notado esa luz de la que hablan los que estuvieron a punto de morir, pero yo la he visto estando bien viva, y Dios me ha llevado allá. Sobretodo cuando era niña. Ahora, al volverme más dura con la vejez, me cuesta más.
Cuando estás dentro de esa luz, que no es luz, es como una gran explosión nuclear, imaginaros un calor brillante encendido, infinito...bien, pues solo notas amor, sabes que es amor, porque tenemos una ligera concepción del amor humano, no es amor,no es pasión, es el bienestar absoluto, la felicidad esa que anhelamos y que nunca en esta tierra conseguimos, solo retazos.
Y flotas, es como un gran vientre materno.
Y le pides a Dios no marchar, si si...
yo le pedí en mi infancia a Dios tantas y tantas veces la muerte solo por estar con él...
y fuí una niña con una infancia tremendamente feliz, con una familia muy hermosa.

Tenía mi propio altar en la habitación de mi madre, que yo misma me hice, con unas fotos de la virgen, una especie de santuario, y mis mejores momentos, son los que pasaba rezando.

Y mi madre ni fu ni fa, una madre muy religiosa, católica de piés a cabeza, pero mujer tolerante y moderna, una madre que me dió todas las libertades que pocas mujeres de mi tiempo tuvieron.

En fin, extremadamente cuerda, no creo que me falte raciocinio, aunque muchos piensen que ésto son desvarios. Pues no, creo en Dios, Dios ha obrado pequeños milagros para mi, cuando mi fe ha decaido.

Cuando era una pre-adolescente, el padre de una amiga se dedicaba a manosear a las amigas de su hija, yo solo tuve una pequeña mala experiencia, de hecho solo fueron unos toqueteos inocentes, pero me sentí tan mal (gente así ha habido siempre), que lo comentamos entre las amigas . La verdad es que nos dedicamos todas a rezar a Dios para que este hombre cambiara, incluso por el bien de sus hijos y de su esposa. Murió a los pocos meses de una súbita enfermedad incurable. No puedo pensar que Dios sea cruel, pero si justo. La balanza divina.
O al menos, lo que si creo, es que Dios no puede evitar que los inocentes sufran, pero siempre acaba castigando a quienes les hacen sufrir, en carne propia, o ajena.

A lo largo de mi vida, cada vez que le he pedido a Dios que de alguna manera aliviara mis sufrimientos, lo ha hecho, algunas veces ha ido directo al grano y me ha concedido mis deseos, otras veces le ha dado mil vueltas al asunto, y a través de extraños malavarismos mi vida ha acabado siempre siendo feliz.

He visto cientos de pequeños y grandes milagros entorno a mi vida, sucesos que solo pueden explicarse a través de la intervenión de la mano divina, de la gigante e inapelabre mano divina
que me favorece,intercede a mi favor, por algún extraño motivo, puesto que soy pecadora, injusta, malhumorada y no modélica precisamente. Pero ahí está. La mayoría no los puedo explicar, porque forman parte de mis secretos con Dios. Se que soólo a través de su intervención fueron posibles, muchos eran luchas perdidas. Son mi secretos con Dios. Y se lo suficiente de lógica matemática, de hecho fué una de mis asignaturas fuerte, para entender que muchas de estos manotazos divinos que me ayudaron a lo largo de la vida, escapaban a toda lógica. AMO A DIOS, CON AMOR DE MADRE Y DE HIJA.
Y SE QUE EL ME AMA COMO A UNA MADRE Y A UNA HIJA.

A loa 24 años me diagnosticaron un pequeño tumor maligno en el ovario, con células pre-malignas, pero recé y recé, intenté contactar con Dios, e incluso le pedí morir, pero rápido y felizmente. Cuando estaba sola me agarraba a esa luz y le decía: llévame!!!, llévame suavemente, como si fueras una leve brisa. NO HIZO NADA DE AQUELLO, bien al contrario, aunque estuve 5 años con revisiones oncológicas semestralmente, el mal desapareció al completo.

Estos son sólo dos ejemplos nada significativos de lo que ha sido mi larga existencia al lado de este Dios cálido, amoroso, solícito, y algo triste.

Pero no es el Dios de este Papa, de este Vaticano, de esta Iglesia, NO LO PUEDE SER, yo se que no lo es, porque me lo ha dicho. NADA QUE VER, no coexiste con estos personajes, de hecho, malvive con ellos.