EL NEGOCIO "ESPECULATIVO" DEL VINO

Ya dije que este blog iba a adquirir un "algo" duro, una franja "sarcástica" inusual...
lo estados de ánimo de quienes escriben en él, son importantes, y estamos en época de dureza y sarcasmo, como el ambiente, por cierto, nada amable, que nos rodea.

Evidentemente, la especulación en España tomó poder en todas las áreas de negocio, y como no, también en el vino. Los que seguís habitualmente por la red y por los medios de comunicación el tema, sabeis que muchos recién llegados trajeron dinero, y mucho, a este mundillo, creando bodegas y poniendo al día regiones enteras, algunas de estas bodegas han funcionado y otras no, muchas no, por varios motivos. No soy economista y tampoco me motiva saberlo.

Lo que más perjudicó a los pequeños no fué la ambición de los grandes, si no la ambición de quienes secundaron, apoyaron, incluso desde estamentos gubernamentales, a los grandes, canalizando hacia ellos una parte importantísima de los canales inversores y las ayudas que llegaban de fondos europeos.
Y por supuesto aquellos que hicieron dinero con la presunción de unos pocos, y la manipulabilidad del público y consumidor. Grandes distribuidoras incluso, por suerte los pequeños nuevos distribuidores, o los verdaderos entendidos, continuaron apoyando al pequeño productor, al que de ésto comía, como se dice vulgarmente. Querer hacer dinero es lícito, pero también es licito no confiar tanto en el pan para hoy y el hambre para mañana. En otros paises se ha primado la iniciativa agraria y empresarial del pequeño vinicultor, incluso se los venera, son apreciados en su propia tierra. Aquí solo eres apreciado si tienes raices artísticas, capacidad de conseguir subvenciones millonarias, y pagar portadas en revistas del sector o no, que estén de moda, luego esas revistas tb se van al carajo, por la misma razón, porque no siempre puede ser que el dinero fácil cree una estructura económica fuerte. En este país se primaron los adornos en las paredes, las columnatas de oro y brillantes, y se olvidaron de que todo ello sin unos cimientos muy profundos, hondos y bien asentados en el terreno, el descalabro de los muros era evidente.

En fin...que cada cual aguante su palo, y Dios el de todos.