EL FANTASMA Y YO

La vida de las brujas nunca es aburrida, cuando menos te lo esperas, aparece un fantasma en nuestras vidas.
Anteayer estaba leyendo feliz, aburrida, un libro, tirada sobre la cama, y con la puerta cerrada, de repente noto un susurro dentro de mi, pero también fuera, las voces de los fantasmas no suenan como las voces de la gente viva.
La voz era temblorosa, como si el esfuerzo por hablarme fuera grande, o como si mi capacidad para escuchar, poca. Mi nombre. Una sola vez.
Bien, no hice caso. Quizás porque son cosas que me pasan una vez o dos cada tanto, o bien porque sabía que si había un fantasma tras de mi, tampoco me iba a hacer daño, así que nada, continué leyendo.
Otra vez mi nombre, así unas cuatro veces en una hora. Mi nombre pronunciado en la nuca, como un aleteo, como una caricia desgarradora de alguien que quiere decirme algo, comunicarse, y no puede.
En estos momentos estoy intentando contactar con ese fantasma, desde hace dos días mis esfuerzos se dirigen a esa difícil tarea. Hay algo que quiere contarme, o pedirme, y yo, como guardadora de voluntades, debo intentar llegar a él.
Historias de fantasmas, tan ciertas como la vida misma.