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martes, 23 de diciembre de 2008

LA REENCARNACION , LOS PLANOS PERCEPTIVOS, LA VIDA DETRAS DE LA MUERTE...¿y si la muerte no existe?.




Estamos en navidad. Y si hay un buen momento para reflexionar sobre la vida y la muerte, sobre el sentimiento de pérdida, ese momento es la navidad.
No hay nada que ensombrezca tanto nuestras vidas como la muerte, NADA, la de los seres queridos y también la nuestra, por inevitable.
Es un momento doloroso para todos, para los que han perdido seres queridos, que somos todos, pero sobretodo, para los que los han perdido de manera anti-natura, es decir, lo normal es perder a los abuelos a cierta edad, luego los padres, más tarde a los hermanos, a los amigos...somos capaces de soportar hasta cierto grado de pérdida, pero...

Es momento para ahondar no solo en la alegría de la navidad si no también en la tristeza de la navidad, y sentir empatía por todos aquellos que NO CELEBRARAN la navidad, porque poco hay que celebrar, el dolor de la pérdida, de la soledad, de la humillación, de la enfermedad, de la inebitabilidad de las circunstancias, de los derroteros de la vida...Un abrazo muy fuerte, muy cálido, muy humano...me gustaría estrechar mis brazos en vuestros cuerpos humanos, y alargar de manera infinita mis hombros para poder acercarme a todos vosotros y fundirnos en un sólido y unico abrazo universal de consuelo, de amor, de empatía.

Todos sentimos un miedo atroz a la muerte, y al dolor, sobretodo al dolor de los demás que queremos. Y es entonces, a mi me ocurre con cierta frecuencia, cuando echamos la cabeza hacia atrás, hacia nuestra infancia y nos damos cuenta, que ese famoso vértigo existencial no nace de la nada y del desconocimiento de la muerte, nace ya de nuestro desconocimiento del antes, de ese vacio profundo que hay ente la fecha de nuestro nacimiento y el principio de los tiempos.

Y es aquí cuando el ejercicio de los planos perceptivos, bien vale un pequeño esfuerzo. Somos hijos del estallido del universo, y con frecuencia, si no preguntad a los niños, cuando estos cierran los ojos y se les pide que evoquen sus visiones, una de las más detalladas es un universo oscuro y brillante, con infinitas explosiones de puntos de luz, donde todo es cálido y hermoso. Dicen algunos médicos que eso forma parte de las visiones que se producen en nuestro cerebro por estímulos en el propio ojo cerrado, pero es cierto que esa recreación del big bang, se da en muchos niños, y no tan niños, cuando se quedan con el pensamiento vacio, o cierran los ojos. ¿Estamos recreando de manera infinita el principio de los tiempos?.

¿Existe la reencarnación?, ¿Venimos de otros tiempos, pasados o futuros? ¿Existe una esencia capaz de desplazarse en el tiempo, como un mar en continuo vaivén?, Y si es así: ¿Cómo no lo recordamos?. Otra vez debemos volver a los planos perceptivos.

Durante la infancia, con nuestras mentes aún más cercanas a la tabula rasa, que a la abigarrada memoria anciana de un abuelo, sometida a millones de millones de estímulos humanos, espaciales y temporales, suelen darse sueños de carácter repetitivo donde se viven experiencias en otros planos. Os voy a contar dos que yo recuerdo absolutamente por su carácter repetitivo y que me llevan a creer que realmente hay algo más allá de mi propia existencia actual:

-El primero se refiere a un sueño angustioso, yo era muy pequeña cuando lo repetí varias veces a mi madre, pocos años, de hecho casi un bebé. Se trata de la visión de un campo verde , muy verde, una campiña, una casa blanca y muy cuadrada, un estilo inglés, ardiendo en llamas, y una niña pequeña, o adolescente, en camisón blanco saliendo rodeada de llamas, y la sensación de morir en medio de la hierba verde...
Mucho humo y no mucho miedo, más bien la sensación de lo inveitable.

Soñé durante mucho tiempo versiones de este sueño, quizás no tenía más que cinco o seis años.
¿Por qué soñaba en paisajes que nunca había visto?, Todavía hoy, cuando veo paisajes parecidos me entra añoranza, repelús casi, como si algo dentro de mi hiciera que los pelos se me pusieran de punta. La niña de mis sueños era físicamente muy distinta a mi.

-El segundo sueño era mucho más idílico, pero tb angustioso y muy vivido: Me despierto en una especie de paraiso celestial, estoy tumbada en un lecho hermosísimo y rodeada de muchos ángeles, de mucha gente hermosa, buena, noto la bondad y la delicadeza que emana del aire, me besan, estoy a gusto, muy a gusto, pero muy triste, porque acabo de despertar de un sueño que me gustaba y el sueño es nada más y nada menos, que mi vida real en la tierra, en mi familia, y me explican que todos esos seres realmente no existen. Y yo lloro, porque aunque eran personajes de un sueño, los había llegado a querer.--
Este segundo sueño también lo tuve muchas veces en mi infancia, era como morir y renacer en un cielo hermosísimo, pero donde realmente me pedían que olvidara mi sueño, y resulta que el sueño era la realidad y la realidad se convertía en sueño.
OJO!!!Me faltaban todavía muchos años para leer nada de Calderón de la Barca.

Preguntad a los niños más pequeños por sus sueños, vereis que visiones y sueños de este tipo, se repiten con frecuencia. ¿Imaginación desbordada?, ¿Memoria genética?, ¿Facilidad en la infancia para tender puentes perceptuales?, ¿Visiones descontroladas en sueños de nuestro morir y renacer?...ummmm, pensemos un poco, mañana , si tengo un ratito, un poquito más.
(Enseñad a un niño pequeño una imagen del big bang o estallido de estrellas, y pregu ntadle si lo ha visto alguna vez...dejad que hable, dejad que os explique).

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2.colores del a viña

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3.colores de la viña

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5.colores de la viña

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colores espectaculares

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color del otoño

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