CATA DE LA AÑADA ELEVADA AL ESPERPENTO

A veces incluso se han de exagerar las coordenadas, para dar idea de un asunto nefasto. En este caso, creo que simplemente explicando como funcionan las cosas, por si solas, ya no hace falta elevar la nota.
Priorat o una de las dos D.O.C españolas, junto con Rioja, comparte feria oficial con la D.O Montsant, compañera geográfica. Ambas D.O confluyen en Falset, si bien históricamente, al hablar de D.O.Q Priorat, cabe situarla más allá del término de Falset y mucho más cercana, incluso por el ámbito de sus vinos más prestigiosos, de Gratallops, Porrera, o Scala Dei.
Es decir, que ni siquiera por afinidad geográfica y mucho menos orografía propia del Priorat D.O.Q, encontramos en Falset el ideal.

Pero ante todo, Priorat es una marca poderosa en el mercado mundial, la gente entiende por Priorat vinos de alta prestigio, de alto precio y de alto nivel.
¿A qué santo viene pues, presentar los vinos de la nueva añada, en una mini feria-cata muestra, de una vulgaridad pasmosa, de zona principiante, sin demasiadas miras ni derroteros?

Imaginaos un local pequeño para tanta bodega, iluminado solo por la luz natural de los ventanales, donde más de 60 bodegas exponen apiñadas, cada una en una mesa de párvulos con un mantelito blanco, las mesas casi pegadas, cada una con la de al lado y con la de atrás.
La gente ha de hablar a gritos, el ambientillo es sofocante, en la mesa solo cabe el decanter y poco más, no da ni para escupideras, ni para folletos, ni para poder desplegar un poco de publicidad, no hay espacio para una silla, o para cualquier acomodo. Los bolsos en el suelo, las cajas apilotonadas en los improvisados pasillos. Los bodegueros de pié cuatro horas.

Los bodegueros enfadándose para conseguir una copa con la que probar sus propios vinos antes de servirlos.
Las copas nefastas.

No hay luz, y a medida que avanza la tarde, no encienden ni una mera bombilla, no sea que la gente decida quedarse.

A las ocho y media aún hay muchos catando, ni siquiera podemos atinar con el decantador, yo manche a un pobre visitante.

Ole