LAGRIMAS DE VINO Y ROSAS

Ayer manteníamos una hermosa conversación familiar que quiero describir, más o menos aquí, porque a veces las palabras aunque no pueden ni de lejos explicar los sentimientos, si que pueden al menos intentarlo.

En medio de esta vorágine cruel de mercantilismo y capitalismo, en la que todos estamos inmersos, es un camino único y sin regreso, al menos algunos, en el fondo y cuando reflexionamos tenemos muy claro de donde venimos, y si ahondamos muchísimo más, si excavamos los túneles profundos de nuestra alma y desnudamos de sin sentidos de nuestro infierno interior, también resultará que tenemos claro hacia donde vamos.

La fe resuelve montañas, no solo mueve. Y si algo caracteriza a mi pequeña gran familia del ayer y del hoy, es la fe. Me explico.En un mundo tan falto de idealismo y derroteros, resulta que tenemos unas hermosa herencia, la de una mujer que nos trasmitió sin empaques ni teologismos, sin hipocresias que adulteran cualquier creencia, una fe inmensa en Dios y en los hombres. Era su fe. Y continua siéndolo. Una mujer extrañamente religiosa. Digo extrañamente, porque desafía cualquier concepto estereotipado de mujer religiosa de mediados del siglo pasado. Es realmente religiosa y ferviente, pero inteligente y realista, cerebral incluso.

De esa semilla nace mi propio concepto de la vida, que intento transmitir a los mios, y sobretodo un optimismo basado en la seguridad ABSOLUTA, tengo pruebas muy lógicas, de que Dios siempre ha estado a nuestro lado ayudándonos, aun en los momentos en que todo giraba al revés. OPTIMISMO con mayúsculas, porque quien sabe que Dios es su aliado, nunca teme a nada. Y Dios es nuestro aliado. Ahora mismo me tiraría por un barranco de 100 metros sin dudarlo si él me lo pidiera, si él me hablara como me habla a veces. Confiamos absolutamente en su voluntad.


Aunque las nuevas generaciones no son tan creyentes, diría incluso que semi ateas, han bebido de la fuente que mana de mi corazón y el corazón de esas muejres que me preceden, pasión, todos en nuestra familia han bebido de las fuentes de esa pasión. Y eso, aunque nos declaremos o se declaren ateos, inconformistas, rebeldes, siembra una semilla en el interior del corazón. Uno puede permitirse alejarse de Dios cuando sabe que su alma está atada a un amigo de Dios que siempre velará por él, y siempre el ateismo está envuelto en un manto suave de seda de amor creyente.

POR ESO, RODEADOS UNOS DIAS DE LAGRIMAS DE VINO Y ROSAS, o de peligrosos pecados mundanos y terrenales, aunque nuestro sino sea vivir en este siglo, en este momento y nuestras pasiones terrenales nos hagan huir del verdadero sentido de la existencia,nos sabemos protegidos. Cuando todo parece ir peor, alguien nos empuja hacia arriba. Una fuerza sobrenatural que está cerca de nosotros.

y cuando estamos RODEADOS DE ROSAS, AMAMOS, siempre amamos, demasiado incluso. Si algo caracteriza a los verdaderos seres de Dios, es ese amor inocente, sin sabiduría, porque es inocente, que cada día se sorprende más con las traiciones de este mundo, pero no por eso deja de amar más y más y más, aunque sepa que eso da placer o duele, según el día.

Por eso, hay negocios que florecen y es bueno, de la mano de empresarios enormes, privilegiados en su intelecto, que son capaces de ver racionalmente los números, beneficios y pérdidas y convertirlos en puestos de trabajo, tan necesarios en nuestra sociedad.

Y otros pequeños empresarios, como nosotros, que no transformamos en oro lo que tocamos, sino en AMOR.
AMOR que nace de lo que somos, de lo que nos rodea, de lo que sentimos, de los que admiramos, queremos, idealizamos, de las manos que tendemos a nuestro alrededor, de que daríamos la vida por lo que nos dió Dios para crear amor y con amor. En fin, no me se explicar demasiado bien, quizás no sea necesario, solo quería decir, que amamos lo que hacemos con una pasión sin límites.