DE DEMONIOS Y DIOSES, DE ENCRUCIJADAS, DE TUNELES Y LUZ, DE FANTASMAS, de VINO TAMBIEN, POR SUPUESTO.

Hace días que no escribía en este blog.
De hecho soy la bruja de la familia, y como tal, me tienen alejada un poco de este blog web de la bodega, porque dicen las malas lenguas que espanto a los posibles clientes. La verdad es que tengo mis serias dudas, creo que con la que nos está cayendo, crisis incluida, ya nadie se espanta de nada,y menos de una bruja blanca de pueblo, encerrada en su cajita de cristal, cual crisálida remilgada.

En fin, a lo nuestro. Hoy me voy a poner seria.
Ayer hablaba con un joven enólogo de la Ribera del Duero que vino a la bodega sobre cosas esotéricas elementales en el vino. ¡AH! ¿Qué no las hay?, no se confundan, haberlas haylas.
Hablamos de las encrucijadas, del sentido del ángulo recto para el vino. Donde las mejores barricas se hacen la mayoría de veces, en ese espacio ocupado por la intersección de las rectas.Donde las enormes arañas hacen su chaletito...amurallado.
Y es que ésto de las encrucijadas, comolo de los túneles y pasillos, tiene su misterio.
En la cruz murió Jesucristo. Las brujas, las hadas y los duendes dibujan cruces encerradas en círculos, y en los puntos de intersección, consiguen dominar las energías. Dicen que los encantamientos son potentes sobre encrucijadas. La cruz es el antídoto del demonio.En las intersecciones suceden cosas, desaparecen objetos, aparecen demonios.
Los pasillos, los corredores, siempre han sido para la literatura sinónimo de misterio. Fijaros que hay muchas historias donde las escenas de terror dominantes se producen en pasillos o corredores, recuerdo ahora "El resplandor".
De hecho el pasillo es como el nacimiento. Dicen que nos atraen tanto los corredores por que son espacio de nadie, ese lugar que acaba en sus dos extremos en dos puertas, una real, y al otro extremo, probablemente otra imaginaria. Una es la puerta del nacimiento y la otra la de la muerte o la del destino. Una imagen onírica típica: aquella en la que abrimos la puerta trasera del corredor de nuestra casa y salimos a un espacio de ensueño, el jardín de Eden. Donde las hadas existen.
El corredor también mimetiza el proceso de nacimiento del niño: Salimos de un espacio seguro a un espacio lleno de luz. Del mundo conocido al mundo onírico. También puede simbolizar el recorrido hacia la luz eterna. Ese corredor por el que pasan los que dicen haber muerto, al fin del cual hay una luz resplandeciente.

Doy fe de que la mayoría de fenónemos extraños o extra sensoriales ocurren en los pasillos. Quizás porque nuestros muertos se encallan en ese corredor de la muerte del más allá, en ese viaje por el laberinto hacia Dios. Y expresan su sentimiento gigante de dolor tras la muerte, de la única manera que saben, reflejándose en lo que aquí es más parecido a lo que encuentran allá: los pasillos, los corredores, los pasajes.

Bien, si en algún lugar está el alma humana o la energía humana que emana de los no vivo, es en los corredores y en las encrucijadas. Y por eso esos son dos de los lugares donde el vino destaca de manera bien distinta, en las encrucijadas VINOS FRUTALES, GRASOS, INTENSOS Y OSCUROS.
En los pasillos o corredores, VINOS MENOS ROJOS, MAS EVOLUCIONADOS, MENOS INTENSOS Y MUCHO MAS VERDES. Si tenemos un vino verde en inicio, hay que colocarlo en su sitio adecuado, y si tenemos un vino que promete, en una encrucijada y si tenemos un vino demasiado tánico, demasiado sobre extraido, en los corredores...por ejemplo.

En esta vida, todo va ligado.