YO TAMBIEN QUIERO DEJAR DE SER ALGUIEN QUE NUNCA GANA NADA

Acabo de leer en el facebook que existe una asociación que se atuodenomina así, y me ha hecho gracia...

Dentro de nuestras pequeñas divagaciones diarias sobre la terapia colectica, hoy hablaremos del verbo ganar.

Opinar que "nunca se gana nada" me parece propio de momentos de inmadurez, los niños muchas veces estan tristes porque creen que siempre son los perdedores, los jóvenes se sienten unos perdedores, pero la gente adulta o madura debería tener asumido inconscientemente un aporte de buena sabiduria: "para ganar hay que perder".

Siempre, es el cambio infinito, pérdidas y ganancias, menguas y aportes, sumas y restas.

La vida está hecha de cambios, de pequeños cambios y de grandes cambios. Los cambios provocan angustia en el hombre, una gran carga de angustia puede provocar problemas depresivos o incluso crisis graves, como los temidos "ataques de pánico". Aceptar que los cambios son simplemente ajustes del devenir, es empezar a sentirse un ganador, en vez de un fracasado, un perdedor.

La diferencia entre un ganador y un perdedor está en la manera de aceptar el cambio, el ganador acepta siempre que la pérdida es parte necesaria en la ganancia, en la lucha por la ganancia, estimula la inventiva, la imaginación, las ganas de luchar, las ganas de mirar hacia adelante, la ambición, el amor, el optimismo incluso. Cuando las pérdidas son graves, a nivel emocional o inluso personal, o patrimonial, o profesional etc, es normal que caigamos en la pena, la nostalgia, la depresión, pero hay que buscar la mano de Dios, de los amigos, de la familia, de la vida, del optimismo, de la alegría, el calor humano, vamos, aquello en lo creamos y encontremos, porque en la pérdida hay siempre un anuncio de ganancia, si queremos, si buscamos, si amamos, si derrochamos optimismo y energía, aunque no sepamos de donde sacarlo. Hay que fabricarlo con cariño, y quizás, tender la mano para que otros nos guien en ciertos momentos de la vida. Tampoco es eso una derrota, al contrario, eso es una victoria del ser humano, de la calidad de los sentimientos humanos.