SEÑALES MUY MUY EXTRAÑAS DEL MAS ALLA.

Las brujas tenemos un don, unas uno, otras otro, algunas varios. El mio es bien extraño. De hecho es el de tender puentes entre el más allá y el más acá. Guardadora de voluntades.

Me han sucedido cosas bien extrañas a lo largo de la vida, algunas pueden contarse, otras me guardaré bastante, no quiero espantar a nadie.
Algunas son hasta simpáticas, pero bien extrañas.

El tema de las señales es sugerente, las señales de que el más allá tiende puentes perceptuales con nuestra realidad, son inequívocas, si estamos atentos, las vemos, o las intuimos, incluso podemos descifrarlas. Evidentemente, si nos negamos a verlas, o las ignoramos, pasan de largo.

Por eso las brujas, o las guardadoras de voluntades, con nuestro séptimo sentido, identificamos aquello que para otros no tendría significado.

Un ejemplo.

Hace algunos años, me pasó algo muy curioso. Un día me fijé en una pareja de abuelos, hombres mayores, eran dos, conducían un viejo coche de tipo simca. Uno era más bien alto y delgado, el otro, el que conducía , rechonchillo y calvo. Me fijé muy bien , aunque de espaldas, porque no me dejaban adelantar en una carretera llena de curvas. Conducían muy despacio.

Otro día, al cabo de unas semanas, en otra carretera no muy concurrida, me encontré delante mio otro coche muy parecido, con una pareja de abuelos casi idéntica. DE momento no me llamó la atención, el coche era de otro color, otro modelo quizás, aunque antiguo.


En cuestión de dos o tres meses, cada vez que me encontraba en alguna carretera extraña o complicada, o solitaria, me aparecía delante un coche similar con una pareja de abuelos, que así, vistos de espaldas, parecían ser siempre los mismos.

Ya os he comentado que soy muy detallista, muy observadora, y claro, este detalle no me pasó desapercibido. De hecho cogí un poco de aprensión, de miedo casi. Aquello pasaba de castaño oscuro, nunca me había cruzado con tantos coches viejos y tantos abuelos TAN PARECIDOS.

Al fin se lo comenté a mi madre. Ella enseguida se preocupó.

-Vigila con el coche...probablemente son tus ángeles de la guarda, están evitando que corras demasiado en algunas carreteras peligrosas. Debes tener un momento de esos peligrosos, todos en la vida pasamos momentos en los que los ángeles de la guarda nos deben guardar o prevenir de algo.

Y así fué. Poco tiempo después tuve un tropiezo en un garaje, un coche me envistió por un lado. Aunque no me ocurrió nada grave. A
Mi madre debió tomar alguna detreminación de las suyas, porque después de hablar con ella dejé de ver los abuelos...bueno, durante unos años, de hecho hace una semana, volví a verlos.