LAS BRUJAS SOMOS MALAS, MUY MALAS, REQUETAMALAS, HORRIPILANTES...BUAHHHH, DAMOS MIEDO - A MUCHA HONRA.

Una buena bruja - como la que os escribe - tiene algo de irreverente que da miedo. Da igual que seamos brujas buenas o malas, blancas o negras, somos irreverentes. No nos ceñimos nunca al papel esperado, estamos por encima de las cosas vulgares o corrientes, nos movemos como las viejas gitanas embarazadas - es decir, de una manera muy vulgar - o como las ninfas aladas, según nos salga de las " narices" en su momento. Podemos ser las más elegantes criaturas - porque solemos ser mujeres de gran cultura y cultivadas - o perversamente brutas y voraces, para algo muchas SEMOS de pueblo.
Como sabemos que hay destinos inamovibles, o podemos jugar un poquillo, solo un poquillo, con lo que va a pasar, jugamos a ser divinamente espeluznantes, pero jugamos con ventaja - somos malas ya lo se - jugamos con ventaja, porque donde otros no pueden mover sus manos por miedo al qué pasará, nosotras, como intuimos LO QUE PASARA, con bastante precisión, aunque no nos guste, no lo tememos, el futuro es el que es, no podemos ponernos entre Dios y el futuro, como mucho, aceptarlo, o jugar a ser Dioses.
REcuerdo aquella vez en que sentados un montón en la mesa yo chillé aquello de :
-se va a marchar la luz.
Justamente diez o quice segundos antes de un apagón general que sumió nuestro pueblo hace tiempo un montón d ehoras en la oscuridad en plena noche, estábamos cenando.

Cuando exclamé lo de la luz, aún tuvieron tiempo de preguntarme por qué decía aquello sin venir a cuento, y yo de asombrarme de mi propia voz, porque no había pensado mis palabras, hablaba por boca de otro o de mi propio futuro, estaba haciendo un verdadero salto en los planos perceptivos.
Suerte que la mayoría de los que cenaban conmigo ya me conocen y no se asustaron.

En fin, esas percepciones hacen que las cosas me den menos miedo que al resto de los mortales, o más miedo, depende de lo que veo.

Ser bruja es divertido, te permite jugar a ser mala, aún sin serlo, a ser altiva aún sin serlo y a ser embrolladora, aún sin serlo, somos un poco infantes terribles, las malas además son asesinas, y las buenas alocadamente divertidas o irresponsablemente entretenidas, aunque no juZgueis ligeramente una bruja, porque siempre sabe el qué y por qué hace las cosas.
Ve las tiradas del ajedrez de la vida, muy por delante, suele ver las tiradas de todos los jugadores a media partida, cuando ésta solo acaba de empezar. Y puede permitirse el lujo, de embrollar la partida. AUNQUE por desgracia, cambiar las fichas, los jugadores o los resultados, le compete por entero a Dios.Aunque éste, siempre ayuda a las brujas buenas, se vale de ellas para sus propios ejercicios terrenales, y a cambio, nos ofrece algunos dones, entre ellos , un poquito de buena suerte, la sonrisa fácil, el amor de los nuestros, y una capacidad de dar y recibir luz muy grande. A mi me gusta sentirme luz, cuando alguien necesita luz.