AMAR Y SER AMADO.
No hay búsqueda más importante en el mundo, todas las demás búsquedas parten de ésta. No hay nada que haga más infeliz al ser humano que no ser reconocido, AMADO, por lo que es, con todos sus defectos y virtudes, pero sobretodo, con TODOS SUS DEFECTOS, CON TODAS SUS PEQUEÑAS HISTORIAS Y VULGARIDADES.
A veces , pienso, en el mundo actual, uno se olvida facilmente que el matrimonio no es un concepto abstracto, ni siquiera un cuento de hadas, me da la sensación de que muchas personas jóvenes creen que el matrimonio ha de ser un cuento de amor y diversión, y que cuando algo falla, giran la espalda y se agobian.
La verdad es que no es fácil seguir años tras año al lado de la misma persona, con todos sus momentos malos. El amor es el que debe llevar eso de la mano, un amor muy grande que ocupe tanto espacio, como espacio se va vaciando de pasión, o de idealismo, o de diversión.
No hay que olvidar que somos humanos, que no existe el secreto de la perfección en ésto de las relaciones de pareja, y que la estabilidad, el despertarse cada día al lado de alguien que te da buenas dosis de amor, es muy importante.
Amar no es dormir siempre en el mismo lado de la cama, es saber que en el otro lado, está aquel que te ama. Y saberlo incluso dormido.
A mi me ocurre algo divertido cuando paso alguna noche en hoteles sin mi marido, o incluso si él marcha alguna noche, que gracias a Dios han sido pocas, CREO QUE LA ÚNICA VEZ QUE HE PASADO MAS DE CUATRO DIAS SIN ESTAR A SU LADO, fué este año pasado cuando marchó a Burgos a plantar viña, pues bien, me ocurre que yo me desplazo a su lado de la cama, y duermo siempre en el lado de la cama que él ocupa normalmente. Supongo el subconciente busca llenar ese espacio, ese hueco, es curioso, y lo hago de manera inconsciente, cuando duermo.
Siempre le pido a Dios que me deje morir antes que mi marido, no sabría vivir sin él, creo que me quedaría vacia como una botella de agua que se derrama sobre una losa, sería una sensación de pérdida tan eterna, que no sabría reaccionar.
Bueno, tengo la suerte de llevar 20 años casada, 22 años viviendo con él, y conociéndole desde que éramos niños. Conozco muy bien cada suspiro que da, con solo escuchar cuando cierra la puerta de casa, o como sube las escaleras, ya se si viene contento, preocupado, o apesadumbrado.
Se como se sienta en el sillón cuando no quiere que nadie le moleste, o como se sienta cuando tiene que contarme algo y no sabe cómo empezar. Se cuando me miente, - pocas veces, pero bueno, pecadillos tenemos todos- y sobretodo se cuando no me dice todo lo que piensa, o no piensa todo lo que me dice.
Se cuales son sus vicios inconfesables, sus temores, y conozco que hay detrás de sus silencios.
De sus defectos aprendo sus virtudes.
De sus virtudes perdono sus defectos.
Y si hay momentos de gran pesar, o de mucha discusión, hacemos como los buenos amantes, nos odiamos un ratito, para no aburrirnos. Aunque nunca llegó la sangre al rio, porque en el fondo, cuando dos se quieren mucho, odiarse unos instantes, también tiene su encanto.
Y si algo nos desune, lo obviamos, lo apartamos.
Tenemos las mismas aficiones.
Las mismas preocupaciones.
Los mismos gustos.
El mismo objetivo en la vida.
Y él siempre dice que se morirá antes que yo.
Y yo, que espero que no.
No tenemos una sola cuenta separada, ni la hemos tenido nunca.
Todo es y será de los dos.
Mi marido no ha firmado tres papeles en su vida.
Hago mejor yo su firma que él.
Antes que robarle un euro me moriría.
El dice que nunca ha querido nada, si no es por mi y para mi y nuestros hijos.
Y es cierto, no conoce la ambición, nunca la tuvo.
Cuando algo va mal se entristece.
Cuando algo va bien, me mira a los ojos, y piensa con mis ojos, y se rie con mi sonrisa.
Quizás el matrimonio es eso, un solo ente hecho de dos cuerpos, un espejo hecho de dos mitades, un saber que alguien te quiere de manera infinita, ya casi sin pasión humana, pero con pasión humana, como nos debe querer Dios.
No hay búsqueda más importante en el mundo, todas las demás búsquedas parten de ésta. No hay nada que haga más infeliz al ser humano que no ser reconocido, AMADO, por lo que es, con todos sus defectos y virtudes, pero sobretodo, con TODOS SUS DEFECTOS, CON TODAS SUS PEQUEÑAS HISTORIAS Y VULGARIDADES.
A veces , pienso, en el mundo actual, uno se olvida facilmente que el matrimonio no es un concepto abstracto, ni siquiera un cuento de hadas, me da la sensación de que muchas personas jóvenes creen que el matrimonio ha de ser un cuento de amor y diversión, y que cuando algo falla, giran la espalda y se agobian.
La verdad es que no es fácil seguir años tras año al lado de la misma persona, con todos sus momentos malos. El amor es el que debe llevar eso de la mano, un amor muy grande que ocupe tanto espacio, como espacio se va vaciando de pasión, o de idealismo, o de diversión.
No hay que olvidar que somos humanos, que no existe el secreto de la perfección en ésto de las relaciones de pareja, y que la estabilidad, el despertarse cada día al lado de alguien que te da buenas dosis de amor, es muy importante.
Amar no es dormir siempre en el mismo lado de la cama, es saber que en el otro lado, está aquel que te ama. Y saberlo incluso dormido.
A mi me ocurre algo divertido cuando paso alguna noche en hoteles sin mi marido, o incluso si él marcha alguna noche, que gracias a Dios han sido pocas, CREO QUE LA ÚNICA VEZ QUE HE PASADO MAS DE CUATRO DIAS SIN ESTAR A SU LADO, fué este año pasado cuando marchó a Burgos a plantar viña, pues bien, me ocurre que yo me desplazo a su lado de la cama, y duermo siempre en el lado de la cama que él ocupa normalmente. Supongo el subconciente busca llenar ese espacio, ese hueco, es curioso, y lo hago de manera inconsciente, cuando duermo.
Siempre le pido a Dios que me deje morir antes que mi marido, no sabría vivir sin él, creo que me quedaría vacia como una botella de agua que se derrama sobre una losa, sería una sensación de pérdida tan eterna, que no sabría reaccionar.
Bueno, tengo la suerte de llevar 20 años casada, 22 años viviendo con él, y conociéndole desde que éramos niños. Conozco muy bien cada suspiro que da, con solo escuchar cuando cierra la puerta de casa, o como sube las escaleras, ya se si viene contento, preocupado, o apesadumbrado.
Se como se sienta en el sillón cuando no quiere que nadie le moleste, o como se sienta cuando tiene que contarme algo y no sabe cómo empezar. Se cuando me miente, - pocas veces, pero bueno, pecadillos tenemos todos- y sobretodo se cuando no me dice todo lo que piensa, o no piensa todo lo que me dice.
Se cuales son sus vicios inconfesables, sus temores, y conozco que hay detrás de sus silencios.
De sus defectos aprendo sus virtudes.
De sus virtudes perdono sus defectos.
Y si hay momentos de gran pesar, o de mucha discusión, hacemos como los buenos amantes, nos odiamos un ratito, para no aburrirnos. Aunque nunca llegó la sangre al rio, porque en el fondo, cuando dos se quieren mucho, odiarse unos instantes, también tiene su encanto.
Y si algo nos desune, lo obviamos, lo apartamos.
Tenemos las mismas aficiones.
Las mismas preocupaciones.
Los mismos gustos.
El mismo objetivo en la vida.
Y él siempre dice que se morirá antes que yo.
Y yo, que espero que no.
No tenemos una sola cuenta separada, ni la hemos tenido nunca.
Todo es y será de los dos.
Mi marido no ha firmado tres papeles en su vida.
Hago mejor yo su firma que él.
Antes que robarle un euro me moriría.
El dice que nunca ha querido nada, si no es por mi y para mi y nuestros hijos.
Y es cierto, no conoce la ambición, nunca la tuvo.
Cuando algo va mal se entristece.
Cuando algo va bien, me mira a los ojos, y piensa con mis ojos, y se rie con mi sonrisa.
Quizás el matrimonio es eso, un solo ente hecho de dos cuerpos, un espejo hecho de dos mitades, un saber que alguien te quiere de manera infinita, ya casi sin pasión humana, pero con pasión humana, como nos debe querer Dios.
2 comentarios:
Que bonito.
Os deseamos que llegeis a viejos juntos, viendo crecer a vuestros hijos.
Felicitats
Bonito si, a veces no tanto, hemos tenido muchos momentos buenos, otros malos, tb a veces por culpa d emotivos de salud, y los crios, ya se sabe.
En todo caso, es verdad que hay momentos en que es especial.
Es una pena, todos nuestros amigos, o casi todos, acaban en divorcios...ésto te hace reflexionar mucho.
En todo caso, para reflexionar.
Publicar un comentario