HISTORIAS DE ESTA VIDA DE VINATEROS

Me ocurren frecuentemente cosas insólitas y bien curiosas. El otro día tuve unos buenos amigos, clientes visitándome, que encima me regalaron una botella de un vino maravilloso, un Tokaji Oremus 1999, y hoy viene un caballero sueco, Magnus, con el que empezaremos a trabajar en breve para Suecia, con su empresa, una especie de Cal Celdoni a la SUECA, que resulta que lee este blog, o sea, que me leerá, y me ha traido un insólito regalo, relacionado con algo que escribí aquí en su día. Pues nada, gracias a todos.
Una es lo que es, ni más ni menos, algunos creen que somos lo que tenemos, y eso no es verdad, ni somos lo que tenemos, ni somos lo que pensamos, ni somos lo que quisiéramos, en el fondo solo somos lo que los demás aprecian en nosotros, porque el ser no es ser sin percepción de existencia, y en nuestra percepción buscamos un espejo que aune nuestra cara del espejo, y la imagen que se refleja en el de los demás.
Y en esa lucha estamos.
Curiosa añada, el merlot de las franjas altas más maduro que el merlot de las franjas bajas, y la carinyena de las franjas altas más madura que la carinyena de las franjas bajas.