EL SEXO, LOS MOVIMIENTOS LUNARES, EL VINO Y EL ESTADO DE ANIMO

Todo está ligado y bien ligado, el mundo no es ningún caos aunque lo pueda parecer. De hecho el caos nace del orden y no al revés.
Primero fué lo UNO y luego lo DISPERSO.

Por tanto, hablar de lógica natural, es hablar de biodinámica, o de psicología, en el fondo es lo mismo. Y la sociología, otro tanto.
La rueda del mundo gira en su frenesí impulsada por un devastador determinismo, no hay nada contra natura ni libertad ni albedrio, lo siento, es así. Resultaba bonito pensar en lo contrario. Pero somos partículas promovidas - no al azar - sino en base a un mapa cósmico que todo lo crea y todo lo destruye. NO hay discusión posible o quizás si.

Atendiendo pues al principio divino del orden, todo está regido por él, desde la más humilde de las catas de vino, hasta la experiencia sexual más nímia, no somos nada sin la influencia de la naturaleza cósmica de la que procedemos, donde se creó la primera célula orgánica, donde la vida como un todo localizado en el espacio y el tiempo, nació.

Por tanto, el esoterismo no es más que la ciencia que intenta ir más allá de nuestras limitaciones perceptuales como creación cósmica - somos caos que procede del orden. A medida que crezcamos en perfección y nos acerquemos al orden, contemplaremos "mundos" que ni imaginamos, contemplaremos dones que ni "suspiramos", puesto que ojos, boca, nariz etc, no son más que pequeñísimos caledoscopios humanos que desordenan a gusto las particulas iniciales del todo, orden universal, Dios.

El sexo, es quizás el más esoterérico de los placeres, pues parece ser creado para acercarnos a un estado orgánico eso si, espacio temporal , casi perfecto. A un orden orgánico similar a la contemplación del amor divino.

La cata de vino, cuando acompaña una deleitación perceptual estudiada, recreada por conocimientos, inteligencia, experiencias anteriores, es también un placer casi sexual, divino, y quizás, por eso, los dioses utilizan el vino para hablar de los dones en la eternidad.