EL FRIO, LA MANTA , LAS HADAS, LAS BRUJAS BLANCAS. - LECCIONES DE BRUJERIA

Hoy en nuestro pueblo, vuelve a hacer un frio rancio de rancio invierno, más no la triste sombra del gris plateado que cubre las cimas, si no un destello amable de sol de primavera. Pero frio.
Y el leño encendido en la chimenea nos recuerda que hasta el 30 de mayo, como dice el refrán, no te quites la ropa de abrigo. El perrillo, Buzz, al lado, sobre la manta raida. LLoriquenado porque su dueña se ha ido a espampolar con Paco y Dani. Yo para contentar a buzz el perrillo, le dejo que huela una copita de moscatel andaluz que tengo en las manos, pero ni así.
Para comer un ARROZ DE INVIERNO, fuerte, denso.

Pájaros cantores, azul veraniego y frio intenso de invierno. Loco anda el tiempo. Arroz denso y armarios llenos de camisetas de manga corta, aunque desembalando los abrigos, por si acaso, de nuevo.

La viña debe andar loca también, quizás en vez de darnos uva, se sequen los sarmientos, y las hojas recién nacidas, se cubran de destellos de sangre antes que de verde intenso.

Brujas blancas y hadas y santas, siempre fueron lo mismo.
Unas se cubrieron de gloria divina, otras de mitología y otras del miedo ancestral que rodea los misterios que se nos escapan.

¿Cumplen años las brujas?, ¿Son inmortales?, pues nadie lo sabe, lo cierto es que se cubren de arrugas y sus corazones laten. La fuerza de la bruja no es su cuerpo, es su alma. Y el alma siempre fué inmortal.

Las invocaciones de la brujería negra son negras como la noche. Pero la brujería blanca es blanca como la limpieza con cal viva.

De hecho dicen que nada es blanco y negro si no veteado de gris, como las piedras grises de pizarra que llenan las fincas del priorat. Pero yo os aseguro que en brujería, lo blanco se opono al negro, con gran intensidad.