NO SE SI OS HE CONTADO QUE SOMOS AFICIONADOS A LOS CEMENTERIOS

Me explico, hay gente que hace turismo en la playa, y gente que hace turismo en los montes, nosotros, cuando vamos a alguna parte, además de visitar los templos y los museos, siempre visitamos los cementerios, sobretodo cuando nos juntamos mi marido, Montse, mi madre y servidora. Somos raros, ya lo se.
Ya os conté que en Venecia estuvimos media jornada en su isla cementerio, y en Roma mi hermana se enamoró de las catacumbas esas, en Palacios de la Sierra, cuando el viejo cementerio estaba sucio y descuidado, hace años, Paco y mi madre, en plan buscadores de tesoros, removían las hierbas y releían las lápidas, y yo de pequeña jugaba a guerras en el antiguo cementerio, y en algunas tumbas y nichos colectivos abandonados encerrábamos a los rehenes entre huesos centenarios y polvo de antiguas mozas, niños y ancianos.Yo misma me escondía muchas veces en nichos abandonados.
Quiero decir, que la muerte tiene su belleza arquitectónica. Y su sentido de estar entre los hombres. Que no los muertos, estos marchan y se van para siempre.
Hoy me he pasado la mañana en el cementeri de las Corts de Barcelona. Bien, hacían la ceremonia por un familiar, al cual por cierto, no enterraban en este cementerio. Pero a mi, me aburría mucho eso de pasarme tres horas esperando la homilia entre pasillos y cotilleos, así que he cogido a Paco y nos hemos ido a pasear por el cementerio. Luego, más tarde, otra vez aburrida, he cogido a Ingrid y hemos vuelto a entrar y a pasear por otras calles, y por último con Montse, y ya van tres paseos.
El sol estaba lindo y golpeaba el marmol desbaido de las tumbas y los cristales limpios y brillantes de muchos de los nichos, me ha sorprendido encontrarme un cementerio dentro de otro cementerio, me refiero al cementerio Hebreo-Judio, con sus lápidas escritas en Hebreo y sus cruces de David. Muchísimas viejas lápidas y panteones con apellidos catalanes, de esos que ya ni quedan. Muchísimos Grau. No creo que queden tantos. Hay también excelentes clases de historia en estos viejos y centenarios cementerios.
Quizás deberían llevar a los niños a sitios como éstos, y no tanto a recorrer bosques y a aprender nombres de plantas, todo está bien, lo uno y lo otro.