EL MENDIGO QUE PEDIA Y LA NUEVA GENERACION DE JOVENES

Paco es un padrazo y yo no soy mala madre, quizás algo dura, no lo niego.

El otro día Paco se encontró un mendigo cerca del hospital de Reus que le siguió unos metros pidiéndole dinero, Paco se encaró con él:

-Mis hijas nunca me han pedido dinero, siempre me han pedido trabajo!!!

El otro día hablábamos sobre chicos jóvenes con unos familiares en el hospital, y Paco volvió a repetir lo mismo:

-Mis hijas también gastan mucho, pero nunca, nunca, me han pedido dinero. Nunca han tenido una paga semanal. De pequeñas se compraban ropa en rebajas con el dinero de "las notas", les pagábamos por cada buena nota y les decontábamos por las malas. De mayores cuando necesitan dinero para el fin de semana, nos piden trabajo, y les pagamos igual que a otro trabajador, pero han de currar.

Las cosas fáciles nunca fueron buenas, es hermoso el sacrificio, lo hemos olvidado. Y por supuesto, les hemos negado a nuestros hijos el desarrollo moral, innegable, el consuelo de trabajar por ejemplo con y para la familia, les hemos negado esos lazos que se crean entre las personas de una unidad familiar cuando colaboran con su esfuerzo de una manera colectiva por el bien común. Yo lo veo a mi alrededor, por suerte algo si que he tenido siempre claro: La familia lo primero, el amor a la familia, lo segundo, el valor del trabajo y del esfuerzo, lo tercero, la moral y la ética, la bondad y la honestidad, cuarta y necesaria premisa para vivir bajo mi techo.
Y pienso que no lo hemos hecho mal, otra cosa es que de tanto en tanto, algo nos salga rana. Bueno, cuando oimos croar, sacamos las cañas de pescar.