EL PODER DE LAS VERDADERAS BRUJAS

Cuando releo anuncios del tarot, videntes, adivinos...me da un no se que por reir.
He ido un par de veces, por curiosidad, en mi juventud, y evidentemente, son unos maestros en extraerte los datos, hacen preguntas y sobre ellas adivinan tus preocupaciones. Expertos en consacar.

Aun así, hace años tuve una solemne experiencia, cierta, cierta.
Una amiga mia tenía un problema en su familia, y estaba desesperada, se fué a una adivina de éstas que le habían dicho que era muy muy buena. No se atrevía a ir sola, y me llamó para que me acercara a Barcelona y la acompañara, bueno, pensé, no tienes nada que perder: 5000 pts de entonces creo que valía ya la experiencia, en fin, mi amiga me apuntó pero le dimos nombres falsos, todo el mundo lo hace.
Llegó el día, y primero entró ella, en una especie de habitación semi oscura, la verdad es que tenía una decoración de casa vieja muy normal. Diría a años vista, que el problema de mi amiga era irresoluble, para llegar a esa conclusión tampoco hace falta ser bruja o adivina. Hay cosas que caen por su propio peso. Pero bueno, si a ella le apetecía ir a una adivina, tampoco era cuestión de criticarlo.
Ella salió un poco desangelada, lo note en los ademanes, y entonces entré yo.
La habitación era sencilla, con una mesa camilla vestida al estilo d enuestras abuelas, tapetes adamascados y puntillas. Nada extraño.
La mujer vieja, pero bien arreglada, sin estridencias ni uñas pintadas, ni sombras en los párpados.
Me senté y me cogió las manos, luego me tiró las cartas y me miró a los ojos:
-¡Qué haces tu aquí?!!!
la pregunta me vino por sorpresa.
y me volvió a preguntar
-¿Qué hace tú aquí?.-
Me puse a reir, cuando estoy algo nerviosa siempre rio mucho.
-Quiero saber cosas de mi futuro (Dije la frase como una pésima actriz).
Y sabeis qué me dijo:

Me despidió a cajas templadas:
-Lo siento, pero no te voy a leer el futuro. Ni yo a ti, ni tú a mi.
No entiendo qué haces tú aquí.
Y me llevó hasta la puerta.